Resumen

El décimo séptimo Emperador del Imperio era una mujer. Simplemente gracias al Duque de Roark ella fue capaz de acceder al trono en contra de sus hermanos. «Su Majestad, yo estoy listo para seguir tu voluntad.» Él es el partidario leal de la Emperatriz; los nobles inclinan sus cabezas y menean sus colas a su orden. Sin embargo, a pesar de su devoción, la Emperatriz lo trata con frialdad. Poco sabe el público, que a puerta cerrada, ella…le pertenece a él. * En la oscuridad de la noche. La puerta está bien abierta y el duque entró a la habitación de la Emperatriz sin permiso. «Salid», dijo a los sirvientes, con los ojos centrados en la Emperatriz. Ella lo miró y dijo, «te lo estoy pidiendo, no esta noche…» Ante él, su dignidad era inútil y su autoridad desaparecía. «Su Majestad, esta noche me tiene encantado. Me temo que no puedo mantenerlo por más tiempo.» Sus ojos se cernían sobre su dulce cuerpo y le arrancó su ropa, sin dudarlo. «Lo siento, me temo que puede ser una noche agitada.»