Resumen

—¡Me encanta, I-moo…! Un dormitorio vacío durante las vacaciones de verano. Eun-woo, una vaca lechera, se llenó de placer al pensar en el profesor. —Me gusta…, profesor. Eun-woo quería ordeñarse la leche mientras miraba a I-moo a los ojos solo una vez. —Eso no sucederá porque está casado. …Pensó que ese era definitivamente el caso. —Soy una serpiente. —¿Ser, serpiente? —Para ser exactos, Imugi. Eun-woo abrió ligeramente los labios ante las inesperadas palabras. —¿Imugi? Antes… de convertirse en ese dragón, ¿eres eso? I-moo se rió en voz baja y mordió el labio de Eun-woo con los dientes. —Así es. Una serpiente macho. La mano de I-moo desabrochó los pantalones de Eun-woo. Una brillante sonrisa se formó en los labios de I-moo mientras le bajaba los pantalones y los calzoncillos a la vez. —¿Estás en celo? Eun-woo quedó hipnotizado y luego asintió. —Estoy en la temporada de celo. —¿Sí, sí? Eun-woo recuperó el sentido nuevamente después de escuchar las increíbles palabras de antes. I-moo susurró suavemente al oído de Eun-woo. —Así que prepárate para quedar embarazado.